EL AGUA Y LA NATURALEZA
La fórmula del agua es H2O, dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno.
El 70% del agua en el mundo se
destina para regar cultivos agrícolas, es decir para producir alimentos, como
por ejemplo el trigo, que es la base del pan y las harinas (galletitas y
pastas). En Argentina se utiliza el 75% del agua para agricultura, el 9% para
destino industrial y el 16% para abastecimiento, de acuerdo con datos de la
FAO.
Según información de Naciones
Unidas para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 15.000 litros de agua
y para uno de arroz casi la tercera parte: 3.500 litros.El agua se presenta en
la naturaleza en tres estados: líquido, como los ríos, gaseoso como las nubes o
sólido como el Glaciar Perito Moreno. Para experimentar con los niños: el agua
líquida de la canilla puede transformarse en gaseosa, por ejemplo si se pone en
la olla para que hierva se empieza a evaporar, los vidrios empañados son un
indicador de agua evaporada. También puede convertirse en sólida si llenamos la
cubetera con agua en el freezer, en un par de horas, tendremos cubitos de
hielo, como pequeñas piedras de agua, que si se descongelan con el calor,
vuelven al estado líquido.
EL AGUA EN LA NATURALEZA
Cada vez que tiene lugar un aguacero sobre
nuestros montes, nuestros pueblos, nuestras ciudades, podemos observar cómo las
aguas corren sobre la superficie y van poco a poco agrupándose en torrentes,
regatas, arroyuelos, arroyos, ríos de cada vez mayor envergadura por donde
circulan a mayor o menor velocidad, para ir a desembocar finalmente en ríos
mayores, lagos o en el mar.
Si bien puede parecer que al producirse este
aporte a los mares la cantidad de agua que estos contienen debería aumentar, la
realidad es que esto no resulta así en absoluto sino que los niveles se
mantienen aproximadamente igual a lo largo del tiempo. Esto significa que si
consideramos la circulación del agua en la naturaleza como un sistema, deben existir
unas salidas que compensen las entradas al mismo. Y en efecto, estas salidas se
producen en forma de evaporación en los mares, y un conjunto de transpiración
de las plantas y evaporación en tierra. Este sistema puede expresarse en forma
de ciclo al que se ha venido a denominar ciclo del agua.
Podemos considerar que el ciclo del agua
comienza cuando el agua existente en la atmósfera en forma de vapor se condensa
y da lugar a precipitaciones tanto líquidas (lluvia) como sólidas (nieve,
granizo, etc.). De esta agua que llega a la superficie, una primera porción
puede ser interceptada por la vegetación, las construcciones, etc. y devuelta a
la atmósfera en forma de vapor; otra parte puede retenerse en la superficie y
resultar también evaporada; otra porción puede infiltrarse en el suelo,
contribuyendo bien a alimentar a la vegetación, por lo que será devuelta a la
atmósfera en forma de vapor debido a los procesos de evaporación y/o
transpiración, o bien pasar a engrosar las corrientes o almacenamientos
subterráneos, de donde la mayor parte volverá a la superficie a través de
manantiales y surgencias; y, finalmente, una última parte circulará sobre la
superficie alimentando de esta manera a los cauces superficiales. Una vez que
estos cauces han vertido sus aguas a los océanos, el ciclo volverá a iniciarse
al evaporarse el agua de la superficie de los mismos y concentrarse este vapor
de agua en la atmósfera en forma de nubes.
En todo sistema cerrado las entradas deben ser
igual a las salidas. Puede establecerse por tanto un balance hídrico en el que
la entrada o precipitación sumará lo mismo que la cantidad de agua evaporada y
transpirada más la que pasa a alimentar de nuevo a los mares:
Del total de la precipitación, se denomina
lluvia útil a la cantidad de agua precipitada que contribuye a formar la
escorrentía, es decir el resultado de restar a la precipitación total la
cantidad que resulta evapotranspirada.
Parte de esta escorrentía puede ser
almacenada en embalses construidos por el hombre y utilizada como
abastecimiento de una población. El agua pura no existe en la naturaleza ya que
al discurrir sobre la superficie terrestre disuelve numerosas sales presentes
en los materiales que se encuentra a su paso. Con fin de eliminar todos los
elementos no deseados en el agua, ésta se somete a una serie de procesos que se
llevan a cabo en una ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable). El agua
una vez tratada es apta para su uso. Una vez que el agua limpia es usada
(viviendas, industria, etc.) se ensucia y necesita un tratamiento para
devolverla a la naturaleza en las mejores condiciones posibles. De esta forma
protegemos el Medio Ambiente y mejoramos el estado de los ecosistemas
acuáticos. El tratamiento de las aguas residuales urbanas o industriales se
realiza en una EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales).
AGUA
El agua en la naturaleza se
encuentra en sus tres estados: líquido fundamentalmente en los océanos, sólido
(hielo en los glaciares, icebergsy casquetes polares), así como nieve(en
las zonas frías) y vapor (invisible) en el aire.
El ciclo hidrológico:
el agua circula constantemente por el planeta en un ciclo continuo de
evaporación, transpiración, precipitaciones, y desplazamiento hacia el mar.
El agua es un elemento
esencial para mantener nuestras vidas. El acceso al agua potable reduce la
expansión de numerosas enfermedades infecciosas. Necesidades vitales humanas,
como el abastecimiento de alimentos, dependen de ella. Los recursos energéticos
y las actividades industriales que necesitamos también dependen del agua.
Estas gotas se forman por la elevada tensión superficial
del agua.
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está
formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial
para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida.
El término agua generalmente se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque la misma puede hallarse en su
forma sólida llamada hielo,
y en su forma gaseosa denominada vapor. El agua cubre el 71 % de la
superficie de la corteza terrestre.2 Se
localiza principalmente en los océanos, donde se concentra el 96,5 % del
agua total, los glaciares y casquetes
polares poseen el 1,74 %, los depósitos subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales
suponen el 1,72 % y el restante 0,04 % se reparte en orden
decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres
vivos.3 El agua es un elemento común del sistema solar, hecho confirmado en
descubrimientos recientes. Puede encontrarse, principalmente, en forma de
hielo; de hecho, es el material base de los cometas y el vapor que compone sus colas.
Desde el punto de vista físico, el agua circula constantemente en un ciclo de evaporación o transpiración (evapotranspiración), precipitación y
desplazamiento hacia el mar. Los vientos transportan
tanto vapor de agua como el que se vierte en los mares mediante su curso sobre
la tierra, en una cantidad aproximada de 45 000 km³ al año. En tierra
firme, la evaporación y transpiración contribuyen con 74 000 km³
anuales a causar precipitaciones de 119 000 km³ cada año.
Se estima que aproximadamente el 70 % del agua
dulce se destina a la agricultura. El
agua en la industria absorbe una media del 20 % del consumo mundial,
empleándose en tareas de refrigeración, transporte y como disolvente de una gran
variedad de sustancias químicas. El consumo doméstico absorbe el 10 %
restante.6
El agua es esencial para la mayoría de las formas
de vida conocidas por el hombre, incluida la humana. El acceso al agua potable
se ha incrementado durante las últimas décadas en la superficie terrestre.7 8 Sin embargo, estudios de la FAO estiman
que uno de cada cinco países en vías de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes de 2030; en esos
países es vital un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los
sistemas de riego.
Tipos de agua [editar]
El agua se puede presentar en estado sólido,
líquido o gaseoso, siendo una de las pocas sustancias que pueden encontrarse en
todos ellos de forma natural.9 El agua adopta formas muy distintas sobre la
tierra: como vapor de agua, conformando nubes en el aire; como agua marina,
eventualmente en forma de icebergs en los océanos; en glaciares y ríos en las
montañas, y en los acuíferos subterráneos su forma líquida.
El agua puede disolver muchas sustancias, dándoles
diferentes sabores y olores. Como consecuencia de su papel imprescindible para
la vida, el ser humano —entre otros muchos animales— ha desarrollado sentidos
capaces de evaluar la potabilidad del agua, que evitan el consumo de agua
salada o putrefacta. Los humanos también suelen preferir el consumo de agua
fría a la que está tibia, puesto que el agua fría es menos propensa a contener
microbios. El sabor perceptible en el agua de deshielo y el agua mineral se
deriva de los minerales disueltos en ella; de hecho el agua pura es insípida.
Para regular el consumo humano, se calcula la pureza del agua en función de la
presencia de toxinas, agentes contaminantes y microorganismos. El agua recibe
diversos nombres, según su forma y características:
Según su estado físico:
Hielo (estado sólido)
Agua (estado líquido)
Vapor (estado gaseoso)
LA NATURALEZA
La naturaleza, en su sentido más amplio, es
equivalente al mundo natural, mundo material o universo material. El término
hace referencia a los fenómenos del mundo físico, y también a la vida en general.
Por lo general no incluye los objetos artificiales ni la intervención humana, a
menos que se la califique de manera que haga referencia a ello, por ejemplo con
expresiones como “naturaleza humana” o “la totalidad de la naturaleza”. La
naturaleza también se encuentra diferenciada de lo sobrenatural. Se extiende
desde el mundo subatómico al galáctico.
La palabra “naturaleza” procede de la palabra
germánica naturist, que significa ‘el curso de los animales’, ‘carácter
natural’.1 Natura es la traducción latina de la palabra griega physis (φύσις),
que en su significado original hacía referencia a la forma innata en la que
crecen espontáneamente plantas y animales. El concepto de naturaleza como un
todo —el universo físico— es un concepto más reciente que adquirió un uso cada
vez más amplio con el desarrollo del método científico moderno en los últimos
siglos.2 3
Dentro de los diversos usos actuales de esta
palabra, “naturaleza” puede hacer referencia al dominio general de diversos
tipos de seres vivos, como plantas y animales, y en algunos casos a los
procesos asociados con objetos inanimados – la forma en que existen los
diversos tipos particulares de cosas y sus espontáneos cambios, así como el
tiempo atmosférico, la geología de la Tierra y la materia y energía que poseen
todos estos entes. A menudo se considera que significa “entorno natural”:
animales salvajes, rocas, bosques, playas, y en general todas las cosas que no
han sido alteradas sustancialmente por el ser humano, o que persisten a pesar
de la intervención humana. Este concepto más tradicional de las cosas naturales
implica una distinción entre lo natural y lo artificial (entendido esto último
como algo hecho por una mente o una conciencia humana).
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